viernes, 30 de enero de 2015

Si, porto a mi bebé....

Desde que nació Bebé hemos tenido un doble desafío: criarlo en forma consciente pero a la vez sin que eso fuese un martirio y no siempre es fácil. Una de la múltiples opciones que tomamos fue la de comprar un fular ( trozo de tela semi-elástica de unos tres metros de largo) en Manzanita Bebé - tienda que recomiendo, no sólo por la calidad del producto, si no que también por la excelente atención de familia amorosa que la atiende- y para darle una sorpresa a Esposa fuimos Bebé y yo...y ahí empezaron las sorpresas para nosotros: muchas veces subimos al metro con Esposa embarazada y pocas veces le ofrecieron el asiento y- en general- se lo ofrecían hombres. Pero al subir Bebé y yo, hubo tres...si tres señoras!!! muy dispuestas a cedernos el asiento bajo la lógica "pobre joven que anda solo con la guagua"..raro...pero la primera vez no hubo mayores problemas. Ya de regreso -y felices con el fular ( que recomiendo de todas maneras, permite mantener un apego firme y constante con el bebé a la vez que da autonomía y es mucho mas operativo que otros productos)- la cosa se empezó a poner...digamos diferente.
Al estar con Bebé en fular te encuentras de todas las opiniones del mundo - increíblemente dependiendo del barrio-: desde las aprobatorias hasta las "consoladoras" (ya entenderán porqué). Saliendo de comprar fular, te encuentras con comentarios hipie-alternativos-buena onda-cachilupi como: "ohhh, que genial que portes a tu bebé, así se crea apego y no en un coche". Llegando más cerca de la casa se escuchan los de "ohhh, ¿y anda solito? ¿donde está la mamita?" con la cara de pena (nivel muerte de la mamá de Bambi) y lástima más grande que alguien pueda poner (de ahí lo de comentarios "consoladores", por cierto). No les mentiré...con los primeros comentarios se me infla el pecho de orgullo, porque mi idea de paternidad siempre ha sido la de compartir en todo lo que pueda con Bebé. Ahora bien, con los segundos me pasan dos cosas: por un lado, me da risa y me hago el lindo de cuando en cuando (además que Bebé contribuye con su cara de huerfanito); y por otro lado, me doy cuenta del machismo severo que aún existe...digo...no porque yo ande trayendo a Bebé conmigo a todas partes significa que tenga una mala madre que no lo pesca, significa que QUIERO A MI BEBE y que quiero estar con él lo que más pueda.
El colmo de esta situación ocurrió un día que Esposa, Bebé y yo volvíamos en micro a casa luego de un lindo paseo familiar. Antes de continuar cabe mencionar que Bebé tiene un gusto curioso: no le gusta estar mucho sentado, y suele preferir que uno también esté de pie. Hecha esta precisión podemos continuar. Me senté con Bebé, mientras Esposa quedaba de pie, a cierta distancia, pero no lo suficiente como para obviar que andaba con nosotros. En eso Bebé comienza a quejarse por esto de estar sentado, al poco tiempo habíamos concitado las más diversas miradas de compasión/condena que pueda existir. Pero lo peor fue cuando una distinguida dama del asiento de atrás comenzó a comentar con el máximo volumen de su aguda voz : " ay...pobre bebé.....que llora...le debe pasar algo", "claaaaro es que anda con el papá....los hombres no saben andar con niños", "uuuuy debe ser solo el caballero" , "no creo que ande con la mamá del niño...hay que ser muy desnaturalizada para dejar a la guagua llorar así".
Estimada Sra. sepa tres cosas:
1° Las guaguas lloran, es una forma de comunicarse, no implica un sufrimiento tipo Sherezade.
2° Qué en ocasiones uno deje que el bebé llore un poco (le recuerdo que el trayecto no duró más de 5 minutos) sabiendo lo que le ocurre no nos convierte ni a mi Esposa en "desnaturalizados"
3° y por favor ..los hombres también SABEMOS y PODEMOS cuidar a nuestros hijos. La atribución exclusiva del rol afectivo solo a las mujeres también es una desigualdad de género.
Así que querido lector, cuando vea un papá portando un bebé...saludelo, hágale gracias a la guagua y todo eso, pero no nos mire raro..en general quienes lo hacemos bastante felices con ello.

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